By Luke Derrick
El artículo traducido al español se encuentra en la parte inferior de la páginaHow many times have you experienced the following scenario?
You are sitting in front of a TV/computer screen/live sporting event that isn’t quidditch, and the ref makes a call you disagree with. How many people yell at him? How many people call him an idiot, especially if it’s a call against the team you are supporting? I’m definitely one of those people. It’s what we are brought up with; it’s what our parents did and do, so it’s what we do. Even the players do it—players argue with the ref, the captain goes up and politely discusses how the ref is an idiot, etc.
Photo Credit: Isabella Gong Photography |
But the important thing to notice is this: how do the referees react in that situation? Referees react in two different ways with the same conclusion: they either listen to the players and don’t change the call, or they don’t listen to the players and don’t change the call.
Now let’s look at that same situation from above, but instead we are watching a quidditch game. A referee makes a call and we yell at them because that’s what we do. The players talk to the ref and maybe quote a rule or two (correctly or incorrectly). Some experienced players on the sidelines may yell at the refs and imply that they are bad refs. And here lies the problem: in quidditch, the refs can change their call as a third option added to the previous two options in the first scenario.
This is the question we need to answer: should a ref change their call after they have made it?
Photo Credit: Isabella Gong Photography
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Why would you believe in yourself if you got yelled at and ridiculed after making a call that may have been wrong? Why would you want to do a job that can have ramifications to your friendships in the community, the possibility of people judging you and disliking you because you might not be the best ref in the world? We as a community do not accept someone who is learning the ropes, learning how to become a better ref; we yell and we complain and we put them off from ever doing it again.
This entire atmosphere needs to change and it needs to change quickly; otherwise, our ref situation is only going to get worse. The important thing to realize is that just because a ref makes an incorrect or bad call does not mean they are a bad ref or have something against a certain team. They may not have much experience, they may have just gotten something wrong, or they may just be having an off day. We need to understand that ridiculing a ref to their face or our friends is not alright, especially when they are usually trying their best to get better and are already aware of their mistakes.
We need to support our refs if we want them to become good. Teaching theory shows that learning through negative influences doesn’t work; threats don’t work to teach people how to be better. People learn best through a positive and supportive environment, one where we are working to better the sport and make it a more enjoyable experience for all.
Next time one of the refs who is running one of your games makes a call you may disagree with, before you yell at them, get annoyed at them, or even look at them with a scowl, think about how this won’t make them a better ref. It will instead scare them away, and in a sport still in its infancy, we need all the refs we can get.
Photo Credit: Isabella Gong Photography |
El problema arbitral
por Luke Derrick
traducido por Ariel Heiblum
¿Cuántas veces has vivido el siguiente escenario?
Estás sentado frente a una televisión o pantalla o evento deportivo que no es quidditch, y el árbitro toma una decisión con la que no estás de acuerdo. ¿Cuántas personas le gritan? ¿Cuántos lo llaman un imbécil, especialmente si es una decisión en contra del equipo que apoyas? Yo definitivamente soy una de esas personas. Es la forma que fuimos criados. Es lo que nuestros padres hacían y hacen, entonces es lo que hacemos nosotros. Hasta los mismos jugadores lo hacen: los jugadores discuten con el árbitro, el capitán va y respetuosamente sostiene que el árbitro es un idiota, etc.
Pero lo importante que debemos notar es lo siguiente: ¿cómo reaccionan los árbitros en ambas situaciones? Los árbitros reaccionan de dos formas diferentes, que sin embargo llegan a la misma conclusión: o escuchan a los jugadores y no cambian su decisión, o no escuchan a los jugadores y no cambian su decisión.
Ahora veamos esa misma situación que mencioné previamente, pero ahora estamos observando un partido de quidditch. Un árbitro toma una decisión y le gritamos porque eso es lo que hacemos. Los jugadores hablan con el árbitro y quizás citan el reglamento (correcta o incorrectamente). Puede ser que algunos jugadores con más experiencia que están observando desde el público le griten a los árbitros e insinúen que son malos árbitros. Y aquí yace el problema: en quidditch, los árbitros pueden cambiar su decisión como una tercera opción que se añade a las dos opciones de la primera situación.
La pregunta que necesitamos responder es: ¿debe un árbitro cambiar su decisión después de que la haya tomado?
En algunos casos siento que sí debe permitirse. Estas eventualidades típicamente se dan cuando un árbitro asistente ve algo que el árbitro principal no vio, ya sea un golpe de bludger que pegó justo antes de que un jugador soltase el balón, o un contacto físico a la cabeza que ocurrió en medio de un melé donde el árbitro principal no alcanzaba a vigilar. Esto no ocurre en ninguna otra situación, sin importar cuál regla diga cualquier persona que no sea un árbitro asistente. Una decisión fallida o incorrecta es un tema que se debe abordar después del juego a través de reseñas de árbitro y evaluaciones por los equipos que participaron en el juego. Nuestros árbitros deben apegarse a sus decisiones, entonces ¿por qué no lo hacen? Yo argumentaría que es porque, como una comunidad australiana de jugadores de quidditch les hemos enseñado a nuestros árbitros a no confiar en sí mismos y a no creer que saben lo que hacen.
¿Por qué creerías en ti mismo si después de tomar una decisión que pudiera haber estado mal te gritaron e insultaron? ¿Por qué querrías hacer un trabajo que puede tener ramificaciones con tus amistades en la comunidad, donde existe la posibilidad de que la gente te juzgue y les caigas mal porque no eres el mejor árbitro del mundo? Nosotros como comunidad no aceptamos a alguien que está aprendiendo cómo se hace, que esta aprendiendo a ser un mejor árbitro. Les gritamos, nos quejamos, y les quitamos las ganas de que jamás lo vuelvan a hacer.
Todo este ambiente necesita cambiar, y necesita cambiar rápidamente. Si no, nuestra situación arbitral solo va a empeorar. Lo importante que debemos reconocer es que solamente porque un árbitro toma una decisión mala o incorrecta, no significa que son un mal árbitro o que tienen algo personal en contra de cierto equipo. Puede que no tengan mucha experiencia, puede que se hayan equivocado, puede que estén teniendo un mal día. Tenemos que entender que insultar a un árbitro frente a ellos o después con nuestros amigos no está bien, en especial cuando generalmente ellos estan dando su mayor esfuerzo por mejorar y ya reconocen sus errores.
Tenemos que apoyar a nuestros árbitros si queremos que sean buenos. La teoría de enseñanza muestra que influencias negativas no funcionan. Las amenazas no funcionan para enseñarles a las personas a ser mejores. La mejor forma de aprender es a través de un ambiente positivo y de apoyo, en el que trabajamos por mejorar el deporte y hacerlo una experiencia más placentera para todos.
La próxima vez que uno de los árbitros en tu partido toma una decisión con la que no estás de acuerdo, antes de gritarle o enojarte con ellos o verlos feo, piensa en cómo esto no los hará un mejor árbitro. En vez los ahuyentará, y en un deporte que aún está en su infancia, necesitamos a todos los árbitros que podemos conseguir
Please please please translate this post to Spanish!!!
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